miércoles, 30 de junio de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* El “negociazo” religioso
Por Gilberto Lavenánt
No cabe duda, como dicen por ahí, que las cosas caen por su propio peso. En el caso del presbítero Raymundo Figueroa Pérez, mejor conocido como “El Padre desobediente”, ya salió a relucir que la operación de la Parroauia Santísimo Sacramento, en Playas de Rosarito, es un negocio particular del cura en mención. El “negociazo” religioso, podría llamársele.

Se había dicho, y forman partes de las acusaciones de la autoridad eclesiástica en contra de dicho individuo, que por sus “servicios religiosos” realiza cobros de todo tipo e incluso incluyó uno en especial consistente en nichos para la guarda de urnas conteniendo cenizas mortales.

Para quienes suponían, o creían, que lo dicho respecto a las actividades recaudatorias de Figueroa Pérez, bajo la sombra de la religión católica, eran meras especulaciones o simplemente falsas acusaciones, pues definitivamente están equivocados.

El “padre desobediente” ha confesado que las actividades que realiza en dicha parroquia, es un negocio particular, pues incluso asegura que no le liga relación alguna con la Arquidiócesis de Tijuana, a cargo del Arzobispo Rafael Romo Muñoz, a quien no solamente desconoce como su superior jerárquico, sino que además afirma categóricamente que carece de facultades para removerlo de dicha parroquia. Por lo tanto, Figueroa Pérez, no obedece a nadie, por la simple y sencilla razón de que es autónomo o independiente. Seguramente ya formó su propia iglesia y religión.

Y esto no son inventos. De ninguna manera. Tales aseveraciones fueron hechas por él mismo, en el escrito mediante el cual contestó la demanda interpuesta en su contra por la Arquidiócesis, reclamándole la desocupación y entrega del edificio que ocupa la parroquia Santísimo Sacramento en la Colonia Constitución, en Playas de Rosarito, dentro del juicio sumario civil que bajo expediente 648/2010 se ventila ante el Juzgado de Primera Instancia Civil de Playas de Rosarito, a cargo del Lic. Humberto Tamayo Camacho.

Para empezar, afirma que que no le liga relación alguna con la Arquidiócesis y que desconoce el nombramiento que se dice le fue otorgado para hacerse cargo de la citada parroquia, y que por lo tanto carece de facultades para rmoverlo, con lo que trata de dar a entender que solito llegó ahí, que tiene su propia iglesia y religión. Dicho con todo respeto, que tiene “línea directa con Dios”, que es su representante directo y que no necesita de intermediarios.

Así mismo, asegura que los predios en los que supuestamente –no da elementos suficientes para acreditar dicha aseveración- se ubica el edificio que ocupa la parroquia, son de propiedad privada y exhibe documentales, tratando de acreditar su dicho.
Por lo tanto, si no depende de la Arquidiócesis, sino que se manda solito y lo que opera como templo, es un edificio propiedad privada, entonces se trata de un negocio particular. De ahí pues que deba recnocerse a esto como el “negociazo” religioso. Porque además, no lo hace gratis. Cobra por todos los actos religiosos que realiza.

A eso agréguenle que él mismo revela que la parroquia la opera bajo una organización denominada Centro Católico Religioso, Asociación Civil, de la que no forma parte, pero de la que se sirve para todos sus actos, como tratando de evadir responsabilidades. Lo pueden acusar de irreverente, desobediente y loco, pero no de tonto. No, de tonto no tiene ni un solo pelo. Quizás de ignorante de cuestiones legales si. Evidentemente.

Ya está grandecito y tiene bastante tiempo como cura, para que sepa que en México el culto se regula bajo legislación federal y a través de organizaciones especiales, denominadas Asociaciones Religiosas, que controla la Secretaria de Gobernación. Su ignorancia lo llevó a constituir una organización civil para operar la parroquia en disputa y a confesarlo en su escrito de contestación a la demanda, acreditando tales hechos, ilegales, con las documentales correspondientes.

Ni modo que lo niegue. Ahí están las constancias de todo esto, en el expediente 648/2010 relativo al juicio sumario civil que se ventila ante el Juzgado de Primera Instancia Civil de Playas de Rosarito. Documentales estas que tienen valor probatorio pleno y que aunadas a su confesión, hacen prueba en su contra.

Un consejo sano que podría alguien dar a este individuo, es que vaya contratando a un abogado penalista, porque podría necesitar de sus servicios, tarde que temprano. Dice que no depende de la iglesia católica, desconoce a las autoridades eclesiásticas, opera el templo, que se presume es propiedad federal, bajo el amparo de una organización civil, lo que contraviene la legislación federal correspondiente y cobra por ello. Además, involucra a otras personas.

Que alguien le explique qué es el fraude y qué es la asociación delictuosa. Seguramente no le mueve el interés por salvar almas ajenas, sino el enriquecerse a la sombra de la religión. Lástima de sotana.


gil_lavenant@hotmail.com

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