miércoles, 17 de noviembre de 2010

COLUMNA: Palco de Prensa

* “Telefonitis aguda”
Por Gilberto Lavenánt
Ayer, al menos en Tijuana, se desató una epidemia de ¨telefonitis aguda¨. A muchos políticos, hasta les quedaron adoloridos los dedos de tanto marcar números telefónicos. Una y otra vez. Y se quedaron en las mismas.
Los pretensos, se la pasaron ¨comiendo ansias¨, o quizás mejor habría que decir ¨tragando aire¨.

¿Motivo, causa o razón ?

Pues resulta que, a solo unos días de que se de el relevo de ayuntamientos, el Presidente electo de Tijuana, Carlos Bustamante Anchondo, nada más no revela la lista total de quienes habrán de ¨sacrificarse¨ por los habitantes de este municipio en los próximos tres años.

Solo unos privilegiados ya tienen la chamba en la bolsa. Esos, ni sudan, ni se acongojan.

Curiosamente, los que ya amarraron chamba, son aquellos que nunca sudaron la camiseta, porque simple y sencillamente nunca tuvieron la necesidad de usarla. Así, qué fácil.

El primero de ellos, es Alcides Beltrones. Ocupará la Secretaria General de Gobierno, la posición más política, luego de la de Alcalde de Tijuana, por obra y gracia de su hermano Manlio Fabio, líder del Senado de la República.

Precisamente, respecto a dicho personaje, el autor de Palco de Prensa, preguntó en días pasados a un cercano colaborador de Bustamante Anchondo, de los tiempos de campaña : ¿Cuándo inició la relación de Alcides con Bustamante, o cómo ? y el interlocutor responde de inmediato, en forma directa y contundente : Nunca hubo relación alguna, todo es cuestión de compromisos con Manlio.

De la misma manera llegó Bernardo Sánchez Rios, quien laboró con Manlio Fabio cuando éste fue Gobernador de Sonora, y ahora fue el primero en agarrar chamba, de a deveras, como Subdirector de Vialidades y Transporte en la administración de Ramos Hernández, como antesala para llegar a la Dirección de esa dependencia a partir del primero de diciembre.

Y hay más nombres, de personas que no tuvieron ninguna participación en la campaña de Bustamante Anchondo, como Martha Saldivar, flamante jefa de Comunicación Social del ahora Alcalde electo, aunque de ella también se sabe el origen de su nombramiento, que en ¨Síntesis¨ no garantiza que hará muy buen papel. Algunos periodistas ya hasta andan cruzando apuestas sobre el número de meses que logrará sostenerse en el cargo, pues saben que en realidad nunca ha ejercido el oficio de reportero o de periodista en general. Ser conductor, no es propiamente ser periodista. Casi cualquiera puede leer las notas que otros redactan.

Pero, volviendo al tema central de este día, ayer fue evidente la epidemia de ¨telefonitis aguda¨ que se registró en Tijuana. Una y otra vez, los afectados, marcaban números telefónicos de sus conocidos, allegados o simples compañeros de partido, el PRI, para cuestionarlos, un tanto desesperados, si a ellos ya les habían comunicado qué chamba les otorgaría Bustamante en su equipo de colaboradores. La respuesta, en todos los casos, fue negativa.

Hasta adoloridos les quedaron los dedos, de las innumerables veces que hicieron llamadas. Al final de cuentas, se la pasaron ¨comiendo ansias¨, o quizás se deba decir ¨tragando aire¨, pues nadie les confirmó nada.

La mayoría de los priístas, a quienes afectó esta epidemia, están desconcertados. Faltan solamente un par de semanas, para que inicie la nueva administración municipal, y Bustamante nada más no les aclara si los llamará a colaborar, o si los mandará por un tubo.

Ya le dieron sus curriculum, y nada que les llama.

Los que casi están por ¨cortarse las venas¨, son algunos que se la rifaron con don Carlos en la campaña, cuando no tenía posibilidad alguna de ganar la contienda electoral y que por lo tanto muchos otros se negaban a acompañarlo, sabiendo que era algo peor que perder el tiempo.

En el caso de los olvidados, dos ejemplos claros, Arturo González Pérez, quien fue el jefe de prensa en la campaña, y Raúl Pompa Victoria, coordinador de las actividades del candidato. Sin un motivo aparente, Bustamante los cortó, como si fuesen elementos gachos, y otros ya ocupan los lugares que se suponía les serían asignados. La ingratitud es uno de los defectos más feos o despreciables del ser humano.

No se sabe cuando terminará la epidemia de la ¨telefonitis aguda¨, pero no durará más de 12 días, seguramente. Luego vendrá una ¨ola de suicidios¨, cuando se sepa quienes integrarán el equipo del próximo Ayuntamiento, y quienes seguirán desempleados los próximos tres años. Hasta ahora, es obvio que han valido más los compromisos con terceros, que el reconocimiento, compensación o pago por servicios prestados en campaña.




gil_lavenant@hotmail.com

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