viernes, 28 de enero de 2011

COLUMNA: Palco de Prensa

* ¡Alerta roja!
Por Gilberto Lavenánt
El conflicto surgido por la pretendida realización del proyecto Plaza 11 de Julio o Zócalo, en donde se ubica el Parque Central “Benito Juárez”, entre el Palacio Municipal y el Centro de Gobierno del Estado, en Tijuana, está entrando en una fase peligrosa.
El tema había quedado un tanto en el olvido, debido a la transcisión del gobierno municipal y a las dificultades que ha enfrentado el XX Ayuntamiento, encabezado por el empresario Carlos Bustamante, para iniciar operaciones, debido a la escases de recursos en que entontró la administración, luego de la gestión de Jorge Ramos, y además por el arduo trabajo que les ha implicado armar los rompecabezas de los múltiples asuntos maquinados en el XIX Ayuntamiento, que a simple vista evidencian corrupción. Harta corrupción.

Durante la campaña electoral, para los comicios del 4 de julio del 2010, don Carlos tuvo un gesto que hizo creer, a quienes están “plantados” en el Parque Benito Juárez, sin doble sentido, por supuesto, en la lucha para que el proyecto del Zócalo no desaparezca esa zona verde. Que se solidarizaba con ellos y que se prounciaba en contra de el Zócalo. Como candidato priísta, firmó el libro que han firmado quienes afirman estar en contra de la tala de árboles.

Luego, estos activistas sociales, obtuvieron una resolución de amparo, en la que se decretaba prácticamente que no se debía derribar o talar ni un solo árbol. Se daba casi como un hecho, que el proyecto de la Plaza 11 de julio, quedaría en el archivo.

Sin embargo, alguien le dijo a los que promueven el proyecto del Zócalo, que los amparos son contra actos de autoridad y no contra los actos de los particulares, que siendo ellos particulares, o sea no funcionarios públicos, no estaban impedidos para continuar adelante.

Y así fue, en días pasados empezaron de nuevo a promover el proyecto en mención, tratando de convencer, a quienes los escuchan, de las supuestas bondades del mismo. Nadie les advirtió, que si bien es cierto los promotores del proyecto son particulares, los terrenos y edificaciones, donde se pretende construir la Plaza 11 de Julio, son públicos, o sea no particulares, y tienen un uso definido, y además los recursos que se pretenden aplicar, o sea el dinero, proviene del gobierno, aunque alguna parte mínima la obtengan ellos de alguna otra fuente.

Pero como todo mundo escucha solo lo que le interesa escuchar, y se tapan los oídos ante lo que no les conviene o agrada, pues hacen como que no han escuchado nada y que el camino está llano, para continuar promoviendo su proyecto.

Bueno, vale la pena aclarar, que el proyecto no es precisamente de particulares, sino del gobierno estatal, pero astuta o hábilmente, el Gobernador Osuna Millán se ha escudado en los particulares que han estado dando la cara, para evitar el desgaste político que esto le podría implicar. Dada la poca claridad del asunto, se sospecha que hay intereses económicos en esto, muy fuertes, y no precisamente la mejoría o embellecimiento de la ciudad.

Se percibe que quienes promueven la Plaza 11 de Julio, están desesperados, pues no logran iniciar y los recursos públicos programados para la obra, podrían ser cancelados en cualquier momento, sobre todo cuando se sigue afrontando una aguda crisis económica en los tres niveles de gobierno y esos recursos se deben aplicar en otras áreas prioritarias, y, por si fuese poco, están a la vuelta de la esquina la campaña presidencial del 2012 y la estatal del 2013.

Por ello, se dan por ciertas las versiones que circulan en la calle, en el sentido de que en cualquier momento, serán desalojados quienes están ahí en el Parque Benito Juárez desde hace meses y en atención a lo cual los activistas sociales han lanzado una ¡ alerta roja! para estar preparados en caso de que pretendan desalojarlos e incluso preparan una gran concentración para el 3 de febrero próximo.

Ayer, vía correo electrónico y telefonía móvil, Sabino Arellano, uno de los dirigentes de los activistas, denunció que el miércoles, policías municipales, encabezados por Gustavo Huerta, Secretario de Seguridad Pública Municipal, los despojaron de sus casas de campaña.
De ser cierto esto, entonces es cierto que esto está llegando a condiciones de riesgo. Que persiste la necedad de continuar con un proyecto, que destacados especialistas en urbanismo han considerado inviable y nocivo para la población tijuanense.
El uso de la fuerza policiaca, no es precisamente la fórmula más recomendable. Quizás fuera más sencillo, que don Carlos Bustamante saliera de su oficina, bajara hasta el parque, dialogara con los activistas sociales y les prometiera que nadie tocará la zona arbolada, que ahí no cabe el Zócalo, que ya se vayan a sus casas a descansar. Tan sencillo y todos en paz.
Cabe observar que no se trata de un grupo de vagos, sino de ciudadanos que merecen respeto y reconocimiento, porque han permanecido ahí durante meses, defendiendo una causa para ellos valiosa, pero que también avalan miles de ciudadanos que han firmado el libro de solidaridad. El libro que un día don Carlos, como candidato, también firmó, pero que apenas llega a la función pública, ha olvidado.
Por eso surgen las proclamas populares : ¡ El pueblo, unido, jamás será vencido !

gil_lavenant@hotmail.com

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