domingo, 25 de diciembre de 2011

Carta de México a Santa Claus

Por Alicia González
Querido Santa:
Por medio de la presente, como mexicana habitante de este país, no te pido una pantalla plasma de abundantes pulgadas, ni el automóvil del año, ni una casa que ahorcada apenas podré terminar de pagar en quince años o más, no, ni siquiera un IPad como el que Josefina Vázquez Mota prometió en su campaña o los 6 mil pesos con los que Ernesto Cordero dice que vive toda una familia.


Santa eso sería ofender a los “dos Méxicos” que cohabitan día a día y someten a los que menos tienen a trabajar más para subsistir. Eso sería lamer a la republica que parece un castillo capaz de manipular la vida pública y acomodar a sus semejantes como fichas de ajedrez.

Lo único que te solicito Santa, es que no aumente el grado de violencia a consecuencia de la lucha contra el crimen organizado, concierto entre balazos y sangre, orquestado por el primer mandatario, Felipe Calderón Hinojosa.

También te pido que los suspirantes a la presidencia no pacten con el narcotráfico ni sigan derrochando vergüenza y cinismo por desconocer datos vitales, como el precio de la canasta básica o incluso autores que dicen haber leído.

De la manera más atenta te suplico que no se siembre la guerra sucia electoral, que las campañas presidenciales no sean un cumulo de ataques y colas pisadas, sino una serie de propuestas a favor de nuestra nación, que los candidatos se enfoquen en su plan para quien resulte ganador lo lleve a cabo sin titubear.

Asimismo, te exijo que provees de empleo a los 7.6 millones de ninis. Ubicarlos mayormente en una actividad relacionada con su campo de estudio e incluso brindarles oportunidad de crecimiento para que no caigan en las telarañas tentadoras de la delincuencia en diversos grados: robo, asalto, secuestro o incluso la venta de alucinógenos.

Por otra parte, te suplico que el crecimiento económico en México no se desacelere por el complicado entorno que nos rodea, ni la contracción del crédito internacional que afectaría a nuestro país negativamente, que nuestras principales fuentes de avance en materia financiera como la exportación petrolera y remesas continúen, y fluyan para llegar a tan siquiera una lenta recuperación.

Santa te rogamos que la educación no se siga derrochando por los suelos y los diplomados voluntariamente forzosos para maestros realmente creen un cambio en los docentes sino en técnicas o perspectivas pedagógicas, al menos generar conciencias criticas capaces de educar agentes de cambio y contagien la sed por obtener mayor conocimiento, que no sea suficiente con obtener una plaza sino que la vocación sea parte fundamental de los profesores, pero no solamente te pido por los transmisores de la información, sino también por sus receptores, que la indiferencia y apatía se erradique para que haya mayor interés en aprender y destacar en los exámenes a nivel nacional e internacional.

De igual manera, te imploro formalmente que las clínicas y seguros se abasten de medicamentos que sus pacientes necesitan, que la atención al público mejore y las actitudes de desigualdad económica no les frunzan el cerebro a los funcionarios, haciendo visible su lentitud y soberbia para tratar a sus semejantes.

Sin otro asunto en particular, me despido deseándote feliz navidad y que la sobre carga laboral que esta noche te espera sea capaz de erradicar en ti la obesidad que promueves y el priismo que sin querer exhibes.

Espero no haberme sobrepasado con mis deseos. Agradezco tu atención a la presente columna. Espero contar con tu valiosa participación y quedo a tus apreciables ordenes para cualquier aclaración.

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