lunes, 26 de marzo de 2012

El Papa, el PAN y la doctrina social

1.-La presencia del Papa Benedicto XVI en México ha sido una celebración de la fe para los católicos -luego de las visitas del anterior jerarca, Juan Pablo II, tan apreciado y reconocido en México-, y es una oportunidad para renovar los esfuerzos de la vida cotidiana con valores, una luz luego de años difíciles de inseguridad y guerra contra el crimen.
 Es apenas una gran compensación en el alma luego de un desgaste considerable en el tejido social, ahora en plena reconstrucción. A esta reconstrucción abona mucho el reavivamiento de la fe con la visita papal, abona mucho este acompañamiento espiritual, esta alegría y los valores que son mostrados.

2.-Más allá de la comprensión de la fe católica como un camino hacia la vida eterna a través de Jesucristo, la religión y la espiritualidad deben expresarse por igual en el día a día, esto es, en la experiencia de la vida social y política. No están exentos los católicos de deber -y poder- expresar sus ideales, sus valores, gracias a una garantizada libertad religiosa y de culto, así como en el desarrollo social de México. Y hacerlo, además, mediante prácticas muy concretas, claramente definidas en la Doctrina Social de la Iglesia.

3.-Los conceptos clave de la Doctrina Social de la Iglesia -el Bien común, el Destino universal de los bienes, la Subsidiaridad y la Solidaridad- representan una concentrada sabiduría social con una enorme carga de humanismo; son el fruto de reflexiones de cientos de estudiosos a través de décadas. Esto sería motivo suficiente para que la política, a través de la expresión insuficiente e imperfecta, pero real, de los partidos políticos, abrazara los planteamientos y los altos valores propuestos por la Doctrina Social. El humanismo explícito, social y político, de esta Doctrina, finalmente no sólo es algo que concierne a los cristianos en tanto fieles, sino a las instituciones democráticas, y no sólo a las de inspiración demócrata-cristiana, como el Partido Acción Nacional.

4.-Ahora bien, el PAN es el único partido en México que basa sus ejes de pensamiento y acción en los valores humanistas. Es el único partido que desde su fundación en 1939 hizo suyos muchos de los conceptos sociales de la Doctrina Social, de manera que no debe resultar ahora una novedad observar como sus miembros más destacados y con mayor exposición mediática, externan y recuerdan, en sus declaraciones, el carácter ciudadano y humanista de las ideas del partido blanco y azul.

5.- “La comunidad política al servicio de la sociedad civil”, por ejemplo, es una frase tomada de la Doctrina Social de la Iglesia, pero plenamente coincidente con el espíritu del documento llamado “Principios de Doctrina del Partido Acción Nacional, aprobados por la Asamblea Constituyente en sus sesiones del 14 y 15 de septiembre de 1939”, y que hoy en día podría funcionar perfectamente como un slogan en la lucha electoral por la Presidencia, de cara al 1 de julio… pero no en todos los casos, no en todos los partidos políticos, ya que no todos han tenido desde sus orígenes una plena vocación humanista y ciudadana y democrática.

6.-Por eso los panistas deben actualizar cada día y sobre todo ahora que empiezan las campañas, esta vena del humanismo político y social de sus orígenes y refrendar, además, conceptos trascendentes para la praxis política, como lo son la “verdad”, la “libertad”, y la “justicia”, bases de la democracia. También, que “la riqueza existe para ser compartida”, que la familia es el centro de la sociedad, que todo trabajo debe ser digno y que hay que dignificar el trabajo, y respetar los derechos de los trabajadores. No está por demás recordar que el concepto llamado “Bien común”, implica poner por encima del egoísmo personal o grupal el beneficio de todos, pero sabiendo que ese “todos” no es nunca algo abstracto, sino que está conformado por personas dignas, irrepetibles y únicas. La solidaridad es un valor que engrandece a quien la practica en todo momento; la subsidiaridad supone la implementación de ciertas políticas públicas según las cuales el Estado busca favorecer a los que menos tienen.

7.-Respecto a la “otra esquina”, no está de más permanecer alertas ante institutos políticos que, además de ser claramente caducos en sus propuestas, nacieron como producto de la sangre derramada por luchas del poder por el poder, sin tener ni un grano de humanismo en sus plataformas, y que han demostrado ya, durante décadas, que para ellos el Bien Común es algo desconocido, que sólo aplican la solidaridad entre pequeñas mafias, y que carecen de valores ciudadanos o democráticos.

8.- Hay que tener presente esto, pero al mismo tiempo exigir a los panistas y sus candidatos que sigan apegándose a los más altos valores por los que ofrendaron sus vidas sus fundadores, y líderes más actuales, como Maquío Clouthier. Josefina Vázquez Mota proviene de la ciudadanía. Se ha visto que está consciente de que el PAN es un partido humanista y demócrata y bajo este perfil ella misma se conduce. Cabe ahora promover en su plataforma de manera mucho más explícita la solidaridad, el Bien Común, el destino universal de los bienes, la subsidiaridad, algo que ya ha hecho en general en la precampaña, pero que en las siguientes semanas veremos expresado en propuestas de programas concretos, de iniciativas, de decretos, de políticas sociales. Atrás habrá quedado la momentánea tensión de los panistas ante su elección interna: es tiempo de ir por todo y consolidar una democracia que costó 70 años y que ningún verdadero demócrata desea tirar a la basura equivocándose en julio.

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