lunes, 22 de octubre de 2012

Cicuta: ¿Cuerdos?, Flaco, ¿Aval?

Por Jaime Flores

  ¿Cuerdos?
Convencidos que al auto-concesionarse el estacionamiento del Palacio Municipal de Tijuana seria “un extraordinario negocio”, tan ambiciosos personajes no sacan siquiera para liquidar las mensualidades del adeudo bancario. En pocas palabras, por su falta de visión el negocio fracasó.
 Tan sesudos personajes, no midieron que la descentralización de tramites municipales los alcanzarían y que gobernantes posteriores aplastarían su ambición desmedida.
Resulta que a mediados de la administración del panista Jorge Ramos Hernández, un empresario de apellido Beltrán se acercó a su amigo el alcalde para proponerle la construcción de un gigantesco estacionamiento que captaría a los miles de usuarios que a diario acuden a realizar sus trámites. Ese estacionamiento subterráneo se construiría en la explanada del Palacio y seria concesionado a una empresa por un término de 30 años.
Obvio que la transa se maquillaría con un supuesto concurso mercantil que en realidad seria un teatro. Con un proyecto arquitectónico previamente elaborado, los concesionarios pedirían un crédito por 80 millones de pesos que serian pagados en 15 años. En el proyecto financiero presentado a la institución bancaria los brillantes inversionistas contemplaron que los usuarios del estacionamiento pagarían una tarifa de 12 pesos por hora.
Si tomamos en cuenta que el horario de servicio es de las 9 de la mañana a las 3 de la tarde, el estacionamiento debía tener unos 300 cajones para igual número de automóviles. Si los dos niveles de estacionamiento estaban ocupados en dos terceras partes en las 6 horas del día (de lunes a viernes) fácilmente se liquidaría el adeudo contraído con el banco.
Tan genial idea fue inmediatamente aceptada por el entonces alcalde, de tal forma que se convertía en el socio más influyente del proyecto.
De inmediato procedió a gestionar la mutilación de la explanada y hasta se atrevió a robarse la calle contigua. No podía fijarse en pequeñeces, pues el jugosísimo negocio podría ponerse en riesgo.
De nada sirvieron las protestas ciudadanas y la inconformidad de muchos personajes que se manifestaron en contra de la altísima tarifa que pretendían cobrar. El principal argumento se refería a que los usuarios del Palacio Municipal acuden –justamente-- a dejar su dinero, pues prácticamente todos los servicios se cobran.
Si un usuario desembolsa cierta cantidad en el pago de una contribución, todavía tendrá que pagar 24 pesos de estacionamiento porque se tardo casi dos horas. En aquel momento, tan visionarios negociantes no midieron que todos los días asisten menos contribuyentes a ese edificio justamente por la llamada descentralización.
Habitantes de las distintas colonias de Tijuana prefieren acudir a su delegación municipal donde gestionan prácticamente todos sus trámites. Cientos de ellos no pagan tan carísimo estacionamiento. 12 pesos por cada hora puede convertirse en 48 pesos si la tardanza se extiende por 4 horas.
Además, Jorge Ramos y sus socios nunca visualizaron que el gobierno siguiente habilitaría un estacionamiento del otro lado de la avenida Centenario con una tarifa más conveniente. Cierto que resulta más cara pero más lógica. En un predio que en el pasado utilizaban los empleados del Ayuntamiento el gobierno habilitó un estacionamiento donde se cobran 25 pesos por día. La mayoría de los usuarios prefieren usar ese sitio porque les permiten múltiples entradas.
Con el panorama descrito, Jorge Ramos y sus socios no sacan –en este momento--siquiera para los gastos fijos que son el mantenimiento y el salario de los empleados.
En las horas de mayor tráfico de contribuyentes, el estacionamiento de los ambiciosos personajes se encuentra prácticamente vacío. De 300 espacios disponibles, apenas se observan una veintena de vehículos.
En pocas palabras, la falta de visión del ex alcalde y sus brillantísimos cuates, se traduce en una soga financiera que los agobia. Si no pagan, el banco se quedará con el estacionamiento y de paso con la calle aledaña que se robó Jorge Ramos para poner un negocito que resultó de humo.

Flaco
A pesar de su delgadez extrema, derivado de un agudo cáncer de próstata, el secretario de gobierno de Tijuana Alcide Roberto Beltrones Rivera mantiene su ánimo en alto. Su relación consanguínea con el líder de los diputados del Congreso de La Unión le inyecta una confianza absoluta.
Paralelamente debe sumársele la manifiesta ausencia del actual secretario de Desarrollo Social David Saúl Guakil, quien se considera candidato natural ese partido para suceder en el puesto a Bustamante. Una versión señala que David Saúl Guakil relevará a Bustamante en cuanto pida licencia al cargo. La intención de Bustamante sería competir por la candidatura de su partido rumbo a la gubernatura. David Saúl Guakil es el presidente municipal suplente.
El caso es que los empleados municipales se preguntan si Alcide Roberto Beltrones hará lo necesario para acceder a la candidatura. Ya se habla de una eventual mutilación. ¡Que le quiten todo… menos la oportunidad de competir!, dicen sus incondicionales.

¿Aval?
Incondicionales del empresario Jorge Hank Rhon se revolvieron el viernes para destacar la reunión que sostuvo con alcaldes californianos que visitaron Tijuana para asistir a Tijuana Innovadora. Hank comió con ellos y los trató como si fueran grandes amigos.
La versión de los hankistas fue que ese encuentro fue una señal que comprueba que el dueño de las casas de apuesta no es –como se dice-- mal visto por los norteamericanos. Los subalternos de Hank dicen que la cancelación de la visa a su patrón es “temporal” y que Estados Unidos avalaría su candidatura hacia el gobierno de Baja California. Bueno, no haga gestos, eso dicen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario