martes, 26 de marzo de 2013

Tertulia Política: Si pudimos con once diablos

Por Pedro Martínez Serrano
El candidato del PRI a la presidencia municipal de Tijuana, el ex socorrista de la Cruz Roja, Jorge Astiazarán Orci, es un buen hombre. Tengo la impresión que es un sujeto que actúa correctamente, alejado de la malicia y la habilidad que requiere una persona que decide dedicarse a la política.


Su propia postulación, supongo, consecuencia de una negociación cupular priísta, se logró gracias a que se presentaba como el menos peor, el menos desprestigiado, el menos cuestionado. Un hombre sin tacha, ni estigmatizado por el gusto y vicio por el consumo de drogas prohibidas. Carta de presentación limpia, diáfana, sin mancha, que no podían ofrecer muchos de los bufones del heredero de Carlos Hank González.

Nadie del primer círculo del empresario casinero ofreció el perfil, sea por la dudosa reputación personal; por su conocida adicción a algún enervante y/o sencillamente por estrechez o incapacidad, que no se pudo hacer más, que proponer como candidato al señor Astiazarán Orci quien, ahora, enfrenta el gran reto de sobreponer el prestigio personal y familiar, a la destartalada y cuestionada reputación de muchos de quienes integran su equipo de trabajo, al igual de quienes forman su resunta planilla.

Por un lado, le colocó en el primer plano de la operación de su campaña, al corrupto, mentiroso y ladrón, heredero de ladrones, Bernardo Padilla Muñoz quien, cual junior vengativo y soberbio, en la contra campaña del ahora candidato a gobernador de su partido, el PRI, Fernando Castro Trenti se encargó de coordinar el cobarde golpeteo en contra del entonces diputado federal.

Por medio de las redes sociales, el Facebbok y Twitter, el joven empresario que vive de las rentas de los bienes raíces mal habidos que heredó de su padre que, a su vez, los robó a placer desde el gobierno de Milton Castellanos, Bernardito se dio gusto atacando con una ferocidad perruna a su ahora abanderado estatal. El escupitajo que lanzó al cielo, hoy lo mancha.

El domingo 2 de diciembre, cuando el equipo de futbol Xolos de Tijuana, propiedad del ingeniero Jorge Hank Rhon, venció al Toluca, para coronar el campeonato de la liga mexicana de futbol, Bernardito se apresuró a celebrar vía facebook: Si pudimos con once diablos (equipo Toluca de futbol); que no podamos con uno (Fernando Castro Trenti).

Hoy, las cosas al interior del equipo de campaña del señor Astiazrán Orci pueden complicarse, a consecuencia de que ha permitido la manipulación de sujetos bañados de desprestigio, como el simulador, vividor y vende candidaturas, Humberto Lepe quien ya se pavonea como asesor estelar del modesto y honorable, tanto como sumiso socorrista de Cruz Roja metido a candidato a alcalde por segunda ocasión.

La mano corrupta de Carlos Bustamante, en sus dos presentaciones, aunque igual de corruptas y ladronas, padre e hijo, causarán sin duda un severo daño al señor Astiazrán quien, en esta oportunidad, podría estar en el camino correcto para perder, ahora no por descalificación, sino en las urnas.

Peor aún, grupos de trabajadores afiliados a fuerza a la CTM, que dirige a nivel estatal el vejete desprestigiado y arrogante, arbitrario y alcohólico, Eligio Valencia Roque están en desacuerdo de que el proxeneta de los Valencia, el vividor e inútil, el parásito sindical, Francisco Javier Hernández Vera vuelva a ser beneficiario de las cuotas de poder, al ser convertido en candidato a regidor.

Más dañino aún el efecto, porque de ir en primera posición como candidato a regidor, ese sujeto le va a restar votos a Astiazarán y, gracias a su desprestigio y desprecio popular, perdiendo el PRI él gana.

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