lunes, 2 de junio de 2014

VIDEOS: Gerardo Ortiz, la narcoamenaza de muerte en Tijuana y su relación con el Cártel de Sinaloa

TIJUANA.- Un comando armado custodió en Tijuana al cantante de narcocorridos Gerardo Ortiz. Pese a que los presentes reportaron que la escolta estaba integrada por militares y policías ministeriales, las autoridades lo negaron. El Consulado de Estados Unidos informó que no pidió guardia para el cantante, y de la narcomanta, ningún mando se hizo responsable de retirarla. Tampoco hay investigación sobre la amenaza.




“… una lista me entregan a diario de todos aquellos los que se han pasado… un comando de diablo me cargo, mi armamento es un poco extraño y mis métodos de torturar es algo que no puedo explicar…”, es lo que canta Gerardo Ortiz para complacencia de su público.


De Baja California, afirma en sus letras:

“… hay tregua con el equipo del gobierno de Tijuana, por eso ahorita no hay guerra…”. Se trata del narcocorrido titulado “El Mono Verde”, en el cual hace referencia a un operador de Alfonso Arzate “El Aquiles” en la frontera, y menciona a otros grupos de sicarios o “ajustadores de cuentas” como “Los Papitos”, “Los Turbos” y “El Pacquiao”.

Detalla en la tonadilla: “… estamos más que bien con el padrino, él mismo dio luz verde y con el verde hicimos clave y ahora somos los mismos”.

En otra canción dedicada al presunto cabecilla de sicarios del Cártel de Sinaloa en Tijuana,  René Arzate, la cual entona en compañía de Jorge Santacruz, el joven cantante refiere: “… Cártel de La Rana pese a quien le pese, aquí en Tijuana el cielo sigue verde…La Rana amenaza, cumple con la muerte, rebelde con causa la sangre le hierve…”.

Y concluye a manera de amenaza: “Aquí los esperamos, welcome to Tijuana, bienvenida mi suerte, bienvenida la muerte”.

Al hermano de “La Rana”, quien es cabecilla de la célula criminal de Alfonso Arzate, Ortiz le dedicó “Aquiles Afirmo” contenida en un disco grabado por Sony Music que salió a la venta en septiembre de 2011. El mismo corrido lo incluyeron en otro disco producido por Del Records, llamado “Enfermedad Masiva Volumen 2”, el mismo año. Uno de los videos oficiales de este tema, fue grabado por Univisión como compañía productora, en uno de los conciertos “íntimos y exclusivos” del concepto In Studio.

La canción hace alusión básicamente a que “El Aquiles” es el nuevo dueño criminal de la plaza en Tijuana y que trae línea del Cártel de Sinaloa. “… aquí no hay pretextos ni miedo a la sangre para ejecutar…”, se asegura en el texto musical catalogado como “Corrido Progresivo”.

Esas  fueron las canciones que “La Maña” le prohibió interpretar a Gerardo Ortiz, a través de una manta colocada en el puente de El Mirador, de la carretera a la delegación Playas en Tijuana. El pedazo, aparentemente de tela blanca cuadrada, tenía escrito un mensaje en letras mayúsculas negras, que no pudo ser leído en totalidad por los tijuanenses que pudieron verlo y fotografiarlo mientras circulaban la mañana del sábado 24 de mayo  por la carretera a Playas, y llamaban a la Policía Municipal para denunciar su existencia.

“NOSOTROS NO PE… A ESPALDA AQUÍ EN TJ NO TE ENRREDES, AQUÍ… LA VERGA EL AQUILES…. LA RANA TJ TIENE DUEÑO CANTAS UNA DE ELLOS Y DE TJ NO SALES VIVO”. LA MAÑA



No menciona el nombre de Ortiz, pero era el único cantante de narcocorridos que se presentaría ese día, precisamente en la Plaza Monumental de Playas de Tijuana. Además, existe el antecedente de que en marzo de 2011, el joven cantante fue atacado a balazos dos veces, una en una discoteca de Mazatlán, y otra, a la salida de un concierto en Colima. En ambas ocasiones hubo muertos, pero él salió ileso, y en los dos casos, Ortiz aseguró que no iban por él.

Sin investigar

El sábado 24 de mayo, un comando armado quitó la narcomanta una hora antes del medio día, hubo quien aseguró que fueron policías municipales, sin embargo, desde la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, negaron haber retirado el mensaje de amenaza.

Bajar mantas con mensajes del narcotráfico, es una actividad que los uniformados municipales realizan, aunque sea irregular, porque eliminan las pruebas del delito, sin notificar al Ministerio Público del Fuero Común para que tome huellas e indicios forenses que permitan dar con los perpetradores del crimen.

La excusa desde la Municipal, es que de todos modos, la Procuraduría no hace su trabajo respecto a los narcomensajes -no han dado resultados en ninguno de los casos de otras amenazas criminales en cartulinas, hojas o mantas encontradas en escenas del crimen en los últimos años-,  y quitándolas, pretenden evitar que se inquiete más a la sociedad.

Se preguntó a la Procuraduría del Estado, y la respuesta fue que tuvieron conocimiento de la existencia del mensaje, del contenido, pero la manta jamás llegó a sus manos, ni la denuncia de su existencia o ubicación.

Simplemente la desaparecieron, y nadie ofreció ni pidió mayores explicaciones.

Las primeras versiones surgidas entre las autoridades, eran que la “amenaza” fue una estrategia publicitaria de los promotores, porque no habían vendido boletos. Los empresarios fueron consultados e informaron que el 60 por ciento de las entradas  se vendieron en la preventa iniciada el 1 de abril, la mayoría boletos VIP de 550 pesos en barrera, 850 pesos en palco y 1100 pesos en plata. El otro 40 por ciento se vendió el mismo día del concierto, pero aseguran que las ventas se frenaron cuando se hizo público el narcomensaje.

Al final, la prensa refirió la asistencia de 14 mil personas, mientras los promotores hablaron de 17 mil. En la Plaza Monumental caben 25 mil asistentes.

El comando armado

Se desconoce si es costumbre del cantante andar custodiado, pero la noche del sábado 24 de mayo, Ortiz entró a Tijuana acompañado de un comando armado, a bordo de siete camionetas blancas, eso aseguraron policías municipales que los vieron llegar a la delegación Playas de Tijuana.

Previamente, hubo una petición de apoyo a la Policía Comercial en su tránsito por la ciudad, que los recibieran en la entrada de Tecate (por la libre) y les abrieran paso hasta “La Monumental”.

No hay una petición formal firmada, no pagaron el servicio, pero se les proporcionó; quienes participaron, dijeron que el cantante sinaloense “ya traía su seguridad”.

Consultado, el secretario de Seguridad Pública Municipal, Alejandro Lares Valladares, corrigió a sus subalternos y explicó que no había solicitud, que él decidió que se les apoyara con motos para facilitar el tránsito, pero solo a la entrada a Playas.

Y recalcó: “Yo no le di seguridad, no le dimos escolta”.

Sin embargo, durante el concierto, todos los jefes de la SSPM estuvieron alertas y participando en operativo en las inmediaciones de la plaza de toros y en toda la ciudad, para “evitar cualquier cosa”.

Las cosas se enrarecieron porque, previo al traslado de Ortiz, alrededor de las once de la noche, se manejó que venía de cantar de la fiesta de cumpleaños del gobernador, Francisco Vega de Lamadrid, versión que nadie corroboró. Adicionalmente, el mandatario abandonó el festejo antes de las siete de la noche para asistir a la pelea de Jackie Nava. Pudo regresar después de las diez de la noche, pero no hay confirmación de su retorno a la celebración.

En cuanto al comando que escoltó a Gerardo Ortiz, hay todavía más irregularidades respecto al destino de la manta amenazante.

Quienes atestiguaron el arribo del intérprete, refirieron que de las siete camionetas blancas, dos eran ocupadas por militares y las otras cinco por agentes ministeriales vestidos de civil, pero con la camisa del uniforme de la Policía Ministerial del Estado. “Además, ninguna otra corporación tiene tantas unidades blancas sin rotular”, se informó a este Semanario.

Continuaron: al llegar a la plaza, los militares se separaron del grupo y se pusieron a patrullar la zona, los otros se quedaron en la plaza de toros. A la salida desalojaron en dos grupos, de tal forma que no se pudo saber en cual de los autos iba el cantante.

Al final, la Policía Municipal ya no supo a dónde se dirigieron los vehículos, porque ya no los apoyaron en el tránsito.

La negativa

Mientras la Policía Municipal que ayudó al comando que resguardaba a Gerardo Ortiz al liberarles el tráfico de ingreso a Playas, creía que apoyaba a otras fuerzas del orden, resultó que no.

Se consultó a las autoridades militares respecto a la justificación de su presencia en la guardia de Ortiz, y éstos respondieron que no la hubo. Según el General Gabriel García Rincón, no asignó militares para custodiar al particular, que quizá era otra corporación con uniformes similares; y que cierto está que no fueron soldados de otra región o zona militar, porque él debe ser notificado sobre el caso.

Respuesta similar hubo de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, donde el secretario Daniel de la Rosa, aseguró que se había revisado incluso la ubicación de los GPS de los carros de la Policía Estatal Preventiva, que en ningún momento estuvieron en Playas el sábado 24 de mayo.

En la Procuraduría del Estado, algunos elementos admitieron extraoficialmente tener conocimiento de que agentes ministeriales del Estado habían apoyado el traslado, sin embargo, al solicitar una respuesta oficial, desde el área de Comunicación negaron su participación en el operativo de resguardo del cantante.

Agregaron que no existía justificación para escoltarlo, y si alguien vio un auto o personas con uniformes con logos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Baja California, solicitan les faciliten las fotos para determinar si eran o no elementos de la Procuraduría y aplicar la sanción correspondiente.

Por su parte, Andrew S.E. Erickson, cónsul de los Estados Unidos en Tijuana, dijo no conocer al cantante Gerardo Ortiz, y que ellos no habían sido responsables en ninguna medida de la seguridad de éste, “nunca solicitamos seguridad para un particular”, sentenció.

Desde este Semanario se argumentó a las autoridades estatales y municipales, que en caso de querer investigar la presencia del comando armado que custodió al cantante de narcocorridos, podían obtener de alguna de las cientos de cámaras que tienen bajo su administración desde el Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo (C4). La respuesta fue que esos videos los tenía la Secretaría de Seguridad Pública.

En redes sociales estuvo circulando un video del supuesto arribo del comando escolta al concierto en Tijuana, sin embargo, las imágenes no correspondían a las inmediaciones de la plaza de toros de esta frontera.

Al referir las respuestas oficiales de las autoridades a uno de los policías municipales que participó en el operativo que se desarrolló en Playas de Tijuana el día de concierto, quien vio el comando escolta, se limitó a manifestar molesto “se hacen pendejos”, en referencia a la milicia y la PGJE, que aseguró, sí participaron en la custodia.

Gerardo Ortiz  canta corridos de narcotraficantes de origen sinaloense y autoridades corruptas desde los nueve años de edad, actualmente tiene 25, y entrevistado precisamente por Univisión, empresa que lo ha apoyado en su carrera, ha asegurado que ningún criminal le encarga canciones, que él escribe y canta lo que le nace.

El álbum con el que debutó en los listados de Billboard en 2010, con Disco de Oro y primer lugar en iTunes por más de nueve meses, se llama “Ni Hoy ni Mañana”. El tema homónimo está dedicado a Luis Fernando Castro Villa y/o Cenobio Flores Pacho “El Checo” o “Clave 6”, en el cual Ortiz relata que el criminal es el jefe criminal de la plaza en Mexicali, Baja California, con otros seis puntos importantes en Sonora.

Entre 2008 y 2011, las autoridades locales vetaron a grupos como Los Tucanes de Tijuana por hacer apología del narcotráfico, el entonces secretario de Seguridad Pública Municipal, Julián Leyzaola, pidió  a la PGJE investigar posibles relaciones de la banda musical con el crimen organizado, y recorría estos conciertos para identificar si entre la asistencia había traficantes u homicidas con órdenes de aprehensión pendientes. Ahora se les abre el camino a comandos, sin exigir que se identifiquen.

EL MONO VERDE- GERARDO ORTIZ [VIDEO UNDERGROUND]





FUENTE: historiasdelnarco.com

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