Los priístas, aspirantes a puestos de elección popular, están de plácemes, pues confían en que, por primera ocasión, en muchos años, los “destapes” de candidatos no estarán condicionados, a que sean parte de determinado grupo o corriente política.
“No habrá cuotas de poder”, pregonan con entusiasmo. Hasta antes de estos comicios, todos exigían un moche del pastel político”.
Lo decían, en días pasados, los miembros de la Agrupación Política de Baja California : “ya no queremos a los García Vázquez ni a los Eligio Valencia. Siempre los mismos”.
Hasta hace poco, era una especie de “derecho ganado”. En la integración de planillas de munícipes, los dirigentes de los sectores del tricolor, se consideraban propietarios de las candidaturas a regidores.
Y “generosos” y “sacrificados”, esas posiciones las apartaban para ellos o para su familia. Hijos, hermanos, ahijados y demás, eran los ganones.
Se supone que ahora cambiarán las cosas. Aunque el azul no es color afín al PRI, se les advierte que “el que quiera azul celeste, que le cueste”.
Que ahora se tomará en cuenta, la trayectoria política de los aspirantes. No los lazos de parentesco. Nada de que “es hijo de fulano o zutano”.
Pero tampoco habrá privilegios para nadie. Nada de que “a hora me toca a mí”. Quien tenga el mejor perfil y el expediente con menos tachas, será el elegido.
Lo mismo ocurría con las diputaciones. En especial las de lista o representación proporcional. Aquellas que prácticamente son un regalo, pues no tienen necesidad de hacer campaña y por lo tanto, no gastan ni un peso. Ni sudan, ni se acongojan.
Al final de cuentas, todas las diputaciones, valen lo mismo. Les pagan lo mismo.
De acuerdo a esto, nadie puede presumir que serán candidatos a tal o cual cargo de elección popular, tan sólo porque son de una corriente política, o de otra. En especial, aquellos que aspiran a una alcaldía. No hay nada seguro para nadie.
Al menos ese es el panorama del priísmo. Por eso son varios los aspirantes, en el caso de las alcaldías. Cada quien está haciendo su “luchita”
David Saúl Guakil, quien aspira ser candidato priísta a Alcalde de Tijuana, tiene a todos desconcertados. Pareciera que ya anda en plena campaña, amparado en una fundación, con fines sociales.
Podría decirse, que “tiene línea”. Como que alguien ya le garantizó que será el elegido. Que por ello, no escatima en gastos.
Cabe observar, que en otras condiciones, cuando el castrotrentismo estaba en todo su apogeo, el candidato priísta sería René Mendívil, coordinador de la fracción parlamentaria priísta, en el Congreso del Estado y supuesto heredero de Castro Trenti.
Pero además de que es evidente el distanciamiento de René y Fernando, el propio Mendívil ha insistido en deslindarse de su “padrino”. Sin considerar que “las canicas con las que juega”, no le pertenecen. Son ajenas.
Además, las cosas se le complican a Mendívil, con el retorno a Baja California de Daniel Romero Mejía, quien ya está trabajando, para lograr una candidatura a diputado, o en todo caso hasta la alcaldía de Tijuana.
Lo interesante es que, lo que queda del castrotrentismo, deberá estar al lado del excolaborador del Embajador de México en Argentina.
Para muchos castrotrentistas, Mendívil es un traidor. No solamente ha jugado en contra de ellos, sino que además no los ha apoyado. Esta es una historia larga.
Por otra parte, los priístas basan sus esperanzas de triunfo electoral, en la casi segura postulación de Gastón Luken Garza, como candidato independiente.
La estrecha relación de Gastón, con el panismo –en la pasada contienda electoral, fue el coordinador de Máx García, en el quinto distrito electoral- al ser postulado como independiente, le restará votos a quien sea el candidato del PAN a la alcaldía de Tijuana. Y eso beneficiará, indirectamente, a quien sea el candidato del PRI.
Esto, agregado al hecho de que la trayectoria política de Gastón, -panísta y perredista- le resta valor al movimiento de los independientes. Si bien es cierto que Jaime Rodríguez “El Bronco”, en sus orígenes políticos fue priísta, Gastón no rivaliza con el sistema político, ni de chiste.
Dadas tales condiciones, nadie puede predecir, con cierta seguridad, cuáles serán los resultados electorales de los comicios del 2016.
Mientras llega la fecha, pueden deshojar margaritas, al ritmo de : “me quiere, no me quiere”. Quizás le atinen.
gil_lavenants@hotmail.com
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