martes, 13 de septiembre de 2016

Expediente Político: La marcha de la discriminación

Por Alfredo Calva
Este pasado sábado diez, se llevó a efecto la marcha que convocaron soterradamente los jerarcas de la iglesia católica a través de organismos de la sociedad civil afines a su pensamiento ultraconservador, con el pretexto de defender su concepto de la familia solo debe de ser conformada por un hombre y una mujer, en otras palabras, manifestar su intolerancia y resquemor a los matrimonios igualitarios.

Este llamado fue realizado a nivel nacional, y la comunidad católica tijuanense no podía quedar fuera de esta participación, ya que su nuevo líder espiritual en esta frontera, arzobispo Francisco Moreno Barrón, se ha caracterizado por ser un beligerante opositor a las propuestas presidenciales d establecer en ley los matrimonios igualitarios y de que las parejas homoparental puedan adoptar niños.



Los casi cuatro mil personas que acudieron al evento, manifestaron su tolerancia hacia la comunidad homosexual, pero sin que esta tolerancia se extienda hacia la aceptación de los matrimonios entre personas del mismo sexo, y menos aún, porque estas tengan la posibilidad de adoptar niños y conformar una familia, lo que en los hechos no es más que una hipocresía generada por la postura y pensamiento de los representantes de la iglesia católica.
Lo que finalmente, y a pesar de las expresiones de aparente tolerancia hacia la comunidad homosexual, no se puede ocultar una discriminación e intolerancia hacia todos aquellos que desean contraer matrimonio y adoptar niños para formar una familia.
Recordemos que a raíz de que el presidente Enrique Peña Nieto diera a conocer sus propuestas de iniciativas de reformas a la Constitución Política y al Código Civil Federal, para que se permitan los matrimonios igualitarios y la adopción de menores a las parejas homosexuales, la grey católica se revelado y ha manifestado su repudio a la propuestas presidenciales, calificándolas de retrogradas y antinaturales.
El gobierno federal no puede ni debe tolerar las expresiones como las del cardenal, Norberto Rivera, quien desde el inicio fijo su postura declarando  que, “Los cristianos no podemos renunciar a proponer el matrimonio entre un hombre y una mujer como fundamento de la familia y motivo de alegría y vida para la sociedad y la humanidad, si así no lo hiciéramos con el fin de no contradecir a la sensibilidad de algunos por estar a la moda, o por sentimientos de inferioridad frente al descalabro humano, estaríamos privando al mundo de los valores y debemos aportar”.
A los hombres de la sotana no les ha importado lo enmarcado en nuestra Constitución, específicamente su artículo 130, en el que se establece que, ¨El principio histórico de la separación del Estado y las iglesias orienta las normas contenidas en el presente artículo. Las iglesias y demás agrupaciones religiosas se sujetarán a la ley¨, y en su inciso E se señala que, ¨Los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios¨, como si el hecho de pertenecer a la iglesia católica les garantiza impunidad ante la intromisión que están haciendo en la vida política del país.
Las denostaciones hacia el gobierno de Peña Nieto y sus propuestas realizadas en el semanario ¨Desde la Fe¨, que se encuentra bajo la orden directa del arzobispo, Norberto Rivera, y los comunicados emitidos por la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), han sido un ejemplo a seguir para el resto de los obispos y prelados en todo el país, para gestar un movimiento social en contra de estas, apoyados en organismos ultraconservadores de la sociedad civil y políticos de estrechez mental y retrogrado actuar, a fin de evitar la aprobación de las iniciativas enviadas al Congreso de la Unión.
No es posible que se le permita al clero católico, y a ninguna otra institución religiosa, entrometerse en los asuntos de carácter político y gubernamental de nuestro país, el criterio que ellos tienen sobre las iniciativas presentadas por Peña Nieto, ya es tiempo de que el Secretario de Gobernación actué en consecuencia, se debe de aplicar la ley a quien la violenta, no importa si usa sotana y representa un estado llamado Vaticano, sino de que sirvió la lucha de Benito Juárez García, en contra de quienes adormecen a los ciudadanos a través de un dogma intolerante y de doble moral.
No se debe tolerar la rebelión de las sotanas, si don Norberto Rivera y coreutas no se encuentran a gusto con las iniciativas enviadas por el presidente, pues entonces que le pida a su patrón que los envié a un país en el que se practique la política ultraconservadora que les fascina, y por lo que respecta a los organismos que apoyan su criterio, a ellos se les respeta su derecho a disentir y a su libertad de expresarse, pero a los religiosos, jamás.

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