jueves, 1 de septiembre de 2016

Expediente Político: Tráfico de migrantes, negocio del INM

Por Alfredo Calva
Ninguna autoridad actúa ante la indolente omisión de los responsables del Instituto Nacional de Migración, y de su jefe inmediato el subsecretario de Población, Argelia Vargas Fosado y Humberto Roque Villanueva, respectivamente, continúa sin recato alguno y el arribo de extranjeros a Tijuana en busca de asilo político en el vecino país es permanente, generando ya serios problemas a las autoridades locales y estatales, para su control y atención de las personas.

El negocio que el personal y jerarquías del INM vienen realizando desde hace meses es inocultable, y al gobierno federal tal parece no le interesa frenar, porque solo de esa forma se puede explicar que los migrantes extranjeros africanos y de otros países de Asia y de centro América, transiten con toda libertad por el país, buscando arribar a esta frontera a solicitar asilo político en la Unión Americana.
Durante la visita hace un par de meses del padre Alejandro Solalinde, a estas tierras a una reunión sobre el fenómeno migratorio que organizó el Colegio de la Frontera Norte, el sacerdote que se ha distinguido por ayudar al todos los migrantes que proceden de cualquier país, principalmente los que emigran de centro y Sudamérica, hizo referencia sobre este fenómeno que se viene registrando en esta zona en los últimos meses, el cual expreso, no se daría sino se contará con la complicidad de las autoridades del INM y de sus funcionarios de alto nivel.
Solalinde puso el dedo en la llaga al señalar, que el tránsito con plena libertad en todo el país para los migrantes extranjeros solo se puede realizar por la corrupción de los agentes de Migración mexicanos, quienes cobran por la carta de salida, -documento de gobernación que les permite el libre tránsito por espacio de 30 días-, entre 1200 y 1500 dólares, con la independencia del costo del viaje, lo que resulta un negocio altamente redituable para los funcionarios y quienes los protegen.
Para nadie es un secreto la gran corrupción que campea alegremente en las filas del INM en cualquier sitio del país en el que la dependencia cuente con personal adscrito, la frontera sur de México es un ducto por el que los dólares y los pesos mexicanos se acumulan en las arcas de los agentes de Migración sin que nadie diga o haga algo que castigue esta corrupción de la que son víctimas todos los que transitan por esa ruta buscando llegar al la frontera norte para cruzar a los Estados Unidos.
O, que decir de lo que se registra en el aeropuerto internacional de la ciudad de México, en el que la vendimia de los documentos temporales migratorios se expiden a cualquier hora, y al igual que en el sureste en la frontera con Guatemala, los jerarcas, Vargas Fosado y su superior, Humberto Roque, solo se limitan a estirar la mano y a voltear la mirada hacia otro lado.
Es entendible y válido el que las personas busquen una mejor calidad de vida para ellos y los suyos, en especial cuando sus gobiernos no cumplen con la obligación de proporcionar los satisfactores mínimos para que se puedan desarrollar las comunidades y los gobernados tengan las oportunidades de acceder a mejores condiciones que les permita sacar adelante a sus familias, pero no por existir esta necesidad, se deba permitir, y lo que es peor, proteger a funcionarios gubernamentales y políticos que lucran con este fenómeno.
Estas actividades de corrupción por parte de los agentes de INM, generan un serio problema a las autoridades municipales y del estado, que se ven obligados por simple protección a los derechos fundamentales de esas personas a procurarle condiciones apropiadas para su estadía en Tijuana, con el agravante de que por atender esta situación, que obviamente tiene un costo económico, se descuidan otras áreas del desarrollo social.
Hasta donde llegará la indolente actitud de Roque Villanueva y Vargas Fosado, ante la actividad de sus agentes, pero sobre todo, hasta cuando el jefe de ambos, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorno Chong, les detendrá el negocio.

Y mientras tanto……….
El presidente Enrique Peña Nieto, acuerda con Donald Trump, durante la visita de este a los Pinos, que la obra de construcción del muro fronterizo que llevará a cabo cuando llegue a la presidencia de Estados Unidos, se la asigne de forma directa a sus socios de Grupo Higa, para que le devuelvan la casa Blanca a su querida Gaviota.

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